Este viernes se produjo el fallecimiento de Amadeo Carrizo. Quien vistió la camiseta de River por más de 550 partidos y marcó una época en la selección argentina de fútbol murió a los 93 años. Con su estilo cambió el significado del puesto de arquero para la Argentina, que pasó a darle más importancia al juego con los pies. Su importancia dentro de la historia del fútbol nacional provocaron que el día de su cumpleaños sea conmemorado como el día del arquero.
Su muerte se produjo por la enfermedad que lo aquejaba desde hace un año atrás y que había provocado que el mismísimo presidente de River Plate, Rodolfo D’Onofrio, convocara a un grupo de socios a rezar por la salud del ex guardametas. Su fallecimiento ocurrió a las 4.40 de la madrugada de este viernes, en la Clínica Zabala. Diez días atrás habían intentado hacerle un drenaje en la espalda.
El santafesino (nació en Rufino el 12 de junio de 1926) cerró su carrera deportiva en Millonarios de Colombia junto a otros argentinos que estaban en el club y otros que también habían decidido partir al fútbol colombiano. Con la camiseta del equipo argentino obtuvo siete campeonatos nacionales, dos copas Aldao y una copa Ibarguren, pero su logro más importante sería con la selección nacional.
En la selección jugó durante 10 años, entre 1954 y 1964. En ese período disputó la Copa Mundial de 1958, que incluyó la peor goleada en contra sufrida por el combinado Albiceleste. Más allá de la derrota ante Alemania Federal (3-1) y la victoria ante Irlanda del Norte (3-1), lo que más resuena de aquella edición fue la goleada por 6-1 sufrida ante Checoslovaquia.
“Fue un papelón, no sabíamos nada de los rivales”, reconoció Carrizo mucho tiempo después acerca de aquella edición. Es recordado que los jugadores volvieron al país bajo una lluvia de monedazos en el aeropuerto.
Sin embargo tuvo la posibilidad de redimirse en la Copa de las Naciones disputada en 1964. El campeonato enfrentó a la Argentina con Portugal, Brasil e Inglaterra. En dicho certamen, el equipo Albiceleste sostuvo la valla invicta en los tres encuentros, incluyendo un resonante 3-0 a Brasil jugando en el Pacaembú de Sao Paulo (además venció al Portugal de Eusebio por 2-0 y a la Inglaterra de Charlton por 1-0).
Sin haber jugado muchos partidos (según los registros fueron sólo 20), es considerado como uno de los mejores arqueros en vestir la camiseta argentina, junto con Ubaldo Fillol y Nery Pumpido, ambos campeones mundiales.
Según se pudo saber, sus restos serán cremados y llevados a Rufino, para descansar en paz en su ciudad natal según su voluntad.
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