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Denuncias de abuso sexual en uno de los colegios más exclusivos de la Argentina

Una víctima se animó a romper el silencio y su caso está resultando contagioso. El anteúltimo día del año pasado, Rufino Varela denunció haber sufrido abusos sexuales a manos del capellán del colegio Cardenal Newman en 1977, cuando era alumno de séptimo grado y la noticia, publicada en LA NACION, resultó revulsiva en la comunidad del colegio, uno de los más exclusivos de la Argentina, donde estudiaron Mauricio Macri y varios de sus ministros. Sus efectos aún no terminaron: el propio Newman admitió que ya se le acercaron otras cinco víctimas y Varela dice que tiene registro de 22 casos. Además, la policía de Irlanda se interesó en el asunto.






Jonathan Hayes, un sargento de la policía irlandesa, le escribió a Varela para pedirle detalles del caso. El interés se generó porque Varela mandó un correo a una dirección oficial del gobierno de Irlanda. El Newman fue fundado en 1948 por los Christian Brothers, una orden religiosa irlandesa que llegó a tener cientos de colegios alrededor del mundo. Desde el 2000, el Newman está manejado por una asociación de padres, pero cuando sucedieron los abusos, a fines de los setenta y principios de los ochenta, seguía bajo el control de los Christian Brothers.


Mientras tanto, la comunidad de egresados del Newman entró en estado de ebullición. Muchos acusan a Varela por desprestigiar al colegio justo en el momento en que la presidencia de Macri lo puso en un lugar muy público. Otros, sin embargo, le agradecen la valentía de haber roto el silencio y se acercan con historias personales de abusos cometidos por el mismo padre Alfredo. Según Varela, él ya tiene 22 casos de ex alumnos del Newman que le dijeron haber padecido una situación similar a la suya. Todos salvo uno, que dice haber sido abusado por otro religioso del Newman, acusan a Finnlugh Mac Conastair, a quien llamaban padre Alfredo, el capellán del colegio. Los relatos son similares: el cura aprovechaba las confesiones que realizaba en su cuarto, que quedaba debajo de la capilla del colegio, para desnudar, azotar y masturbar a los alumnos.


Las tensiones internas de la camada de Varela, egresada en 1982, que venían siendo canalizadas por redes sociales y grupos de Whatsapp, explotaron el 15 de marzo de este año durante un asado que se hizo en una parroquia Santa Teresita, de Virreyes. El anfitrión fue Ignacio Alvarado, que es cura ahí y compañero de Varela. Hubo alrededor de 40 hombres, todos ex Newman, y luego de los lomitos y el vino comenzó la conversación que arrancó áspera y terminó conmovedora. Según Varela y otro de los participantes, hubo al menos cuatro personas que esa misma noche admitieron haber sido víctimas del padre Alfredo en sus años del Newman.


Alberto Olivero, director del Newman dijo que formaron una comisión para escuchar y contener a las víctimas y que al momento recibieron el testimonio de otros cinco ex alumnos abusados por el padre Alfredo, además de Varela. "Sean cinco o sean 20 es un horror", dijo Olivero. El Newman está pensando en algún tipo de evento público, que no sería una misa, para convocar a los ex alumnos y pedir disculpas públicas.

Acusaciones contra los Christian Brothers


En los últimos tiempos, varios de los integrantes de los Christian Brothers aparecieron involucrados en casos de abuso de menores en diferentes países.

En 2011, Philip Pinto, que entonces estaba al frente de la orden, admitió que el futuro de los Christian Brothers era incierto por el alto costo de las indemnizaciones que tuvieron que pagar por abusos sexuales y el daño a la reputación de la orden que esos casos habían generado. El 19 de junio de 2012, el Newman organizó una cena de recaudación de fondos para ayudar a las maltrechas finanzas de los Christian Brothers.


Hayes le dijo a Varela que notificó a la Agencia del Menor y la Familia de Irlanda para que siga el tema y le pidió detalles de quién había cometidos los abusos y cuándo habían ocurrido. Según el relato de Varela, el suyo ocurrió un día de colegio de 1977, cerca del mediodía, cuando tenía 12 años. Para esa época él estaba siendo abusado por el casero de su familia y fue a confesarse con el padre Alfredo. Al enterarse en confesión de los abusos que sufría en su casa, lo llevó a su cuarto -vivía en el colegio, debajo de la capilla- le hizo bajarse los pantalones, lo acostó boca abajo en su catre, le puso una almohada en la cabeza, le dio diez azotes con algo que no vio, pero que cree que era un cinturón de cuero, y le manoseó los genitales mientras le preguntaba detalles sexuales.


El padre Alfredo murió en 1997, a los 88 años. No era Christian Brother, pertenecía a la orden de los Pasionistas. La policía de Irlanda se interesó por John Burke, un Christian Brother que era director del colegio en la época en que Varela era alumno y que ahora tiene alrededor de 74 años y vive en Irlanda, su país natal, donde viajó para encargarse de las negociaciones por los escándalos de abuso que hoy acechan a la orden. Burke es un hombre muy respetado y querido por la comunidad del Newman y estuvo en octubre del año pasado en la cena de egresados, donde participaron Macri y varios integrantes de su gabinete que también fueron al colegio.


En aquella oportunidad, Varela mantuvo reuniones con Burke, a quien considera cómplice del encubrimiento, para tratar de averiguar qué sabía el colegio de los abusos e instarlos a que pidiesen disculpas públicas. No hubo acuerdo entre las partes y el Newman recién publicó una carta pidiendo disculpas luego de la nota publicada en LA NACION. A la policía de Irlanda se le sumaron el papa Francisco y Esteban Bullrich, ministro de Educación nacional, que llamaron a Varela para interiorizarse en su caso.

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